Entre el niño que descubre a los Beatles mientras pedalea su primera bicicleta, en un remoto verano en "Las Delicias", y el adulto que sale al escenario con su banda, en la que le tocan algunos de sus hijos, caben mucha historia y mucho roncarol.
Los recuerdos que Roy Berocay vuelca en este libro viajan de Chicago al Solís Chico, de Buenos Aires al Reducto, atraviesan la dictadura y el reinado de la cumbia, momentos inolvidables y otros para el olvido, enhebrados siempre con el hilo de la música.
"Porque el rocanrol, de moda o no, sea en los húmedos sótanos de algún pub o en los grandes escenarios, sigue siendo música para el corazón. Para exorcizar la bronca. Para aliviar la soledad."