Nada es tan fácil y simple en la vida de alguien como yo.
¿Qué se siente al vivir con tres chicos tan guapos?
Eres tan afortunada.
¡Que envidia!
Vivir con esos dioses, qué privilegio.
¿Cómo puedes vivir con ellos?
¿Te has tirado alguno?
¿Podrías conseguirme su número de teléfono?
Esos son solo algunos de los comentarios con los que he tenido que lidiar desde que los hermanos Hidalgo maduraron y se convirtieron en el sueño húmedo de las chicas y chicos por igual de este lugar.
Artemis, Ares y Apolo Hidalgo, con los que crecí, aunque no seamos familia, son los responsables de muchos suspiros femeninos en las calles.
Muchas personas me envidian, creen que mi vida es perfecta, pero están muy equivocadas, no conocen mi historia.