Los tributos a Roma del gobernador de Condate, Gracus Ojoalvirus, dejan mucho que desear y contrastan con sus ostentosos excesos y lujos. Antes de ser descubierta su estafa al estado romano, Ojoalvirus envenena al enviado del César, el cuestor Claudius Bacillus quien, muy enfermo y desconfiando del servicio médico que le brinda el gobernante, le pide a su sirviente que traiga a sus aposentos al famoso y sabio druida Panoramix. El diagnóstico del galo es preciso: sólo una poción realizada con la flor Estrella de Plata -la famosa Edelweiss-, que crece en los picos nevados de Helvecia (hoy Suiza), podrá curar al cuestor intoxicado.
Con el objetivo de conseguir dicha flor exótica, hacia el país helvético viajarán Asterix y Obelix, en una misión en la que se toparán con el orden y la pulcritud de sus habitantes, su afición por el queso fundido, su obsesión por la puntualidad, su espíritu neutral en los conflictos, con sus bancos… ¡y con los sucios romanos, con su corrupción a pleno, tratando de impedir que la búsqueda de los galos se concrete!