Lo que parece la inocente picadura de un insecto hunde a Matías en la fiebre de la Oscuridad y desata la aventura una vez más. Martina deberá volver a Novrogod para llevar la historia hasta el final. O para caer en una trampa tejida como una tela de araña... En este viaje definitivo, Martina tendrá que probar por qué la llaman Enviada.
Así como ella tiene la Marca de la Luz, su guía por Los Pantanos de la Locura hasta el Árbol del Mal será Katrina, quien lleva la Marca de la Oscuridad. Por última vez, la batalla entre la Luz y la Oscuridad será cara a cara con Voraz y decidirá el destino de un mundo.
«Todo llega a su fin», dice con simplicidad el hechicero. «Está en la naturaleza de las cosas». Un cierre espectacularmente intenso para esta inolvidable trilogía fantástica.
«Deslizó su mirada sobre el mar que se juntaba con el cielo. Recordó su primer viaje, antes de embarcarse hacia el Castillo Negro. Aquella Martina también miró al horizonte, pero entonces era una niña. Recordó el Libro de la Sabiduría, también en Intercesora. Había que estar prontos para cualquier cosa. Todo esto es mi responsabilidad, dijo.»