Una niña encuentra un bicho en su brazo y no se va, le da tanto miedo que no quiere tocarlo, así que estira el brazo mucho, para no tenerlo cerca. Con el brazo estirado va repasando quienes podrían ayudarle, a saber, su perro, el gato de la vecina y su propia vecina, que es una buena amiga. Pero no, parece que no encuentra solución, tampoco encuentra los motivos por los que el bicho permanece allí. ¡Ay!, qué difícil es comprender a estos bichos, aunque con el tiempo llegará a acostumbrarse y no le parezca tan terrible, es más, hasta podría sacar al pobre bicho de algún apuro.
Un álbum original y divertido. En forma de monólogo interior, el texto y las ilustraciones van saltando de un tema a otro, igual que la imaginación de una niña que, inconsciente, va destruyendo sus prejuicios, observando al intruso desde otra perspectiva