¡ALTOS IMPUESTOS son los que Julio César les quiere cobrar a los jefes galos sometidos! Uno de ellos, Moralelastix, decide poner a resguardo los fondos de su aldea –un caldero lleno de sestercios- en el pueblito de los irreductibles, donde los romanos no se atreven siquiera a pisar. El tesoro es puesto en custodia del más valiente de los guerreros: Asterix. Pero… ¡El caldero desaparece misteriosamente!
Asterix, desterrado de su propia aldea, emprenderá junto a sus fieles compañeros Obelix e Idefix un largo periplo para recuperar el dinero perdido, para así poder recomponer su honor. ¿Lo logrará?